sábado, 18 de junio de 2011

Ideales

Hay gente que vive idealizando: colores políticos, equipos de fútbol, religiones, juegos, de todo. Dependiendo del ámbito de lo idealizado, las personas llevan su ideal por diferentes caminos, de diferente forma y con diferentes intensidades. Hay veces en que algunas de estas personas llegan a extremos: insultos innecesarios, peleas territoriales, negación del prójimo, protestas, entre otros. Y cuando estas acciones vienen desligadas de una conciencia más allá de la propia persona es cuando las cosas -me parece- están mal, porque se cierran en sus ideas y no escuchan razones, lo que los hace incapaces de dialogar y llegar a un acuerdo, a una solución real, práctica, equitativa; o porque protestan -dando entrada a un montón de vándalos que sólo causan destrucción, que no traen solución- en contra de una idea que, según dicen a viva voz, no comparten, que creen que está mal, pero no vienen con propuestas en mano (fácil es decir "esta ley está mal", muy distinto es presentar una propuesta formal, completa, contundente y equitativa que resuelva un problema real tomando en cuenta a todos los involucrados). Y es triste mirarles la cara todos los días, porque muchos creen pelear por algo que vale la pena, pero no parten por cosas mucho más básicas y cotidianas, como respetar al resto de los humanos con los que se topan todos los días en el metro, en la calle, en las micros, en el trabajo.

Ideales: yo no tengo ninguno pero soy feliz.

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