miércoles, 19 de noviembre de 2008

Trapezoedro Pentagonal Azaroso

Este dado esta cargado. Sigo encontrando gente que conoce a mi gente.
Una y otra vez se cruzan las lineas improvisando resultados.
Lanzo otra vez y de nuevo saco 10 ¿es qué el dado no conoce el azar?
Cierto que esta ciudad es chica, no esperaba que tanto.
¿Cuántos más cruzarán mi camino?
Garantía de buenas gentes me entrega la coincidencia,
y aunque van y vienen, parece que sin rumbo fijo,
es bueno saber que el destino nos junta
(a los menos con los menos y a los más con los más).

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Conclusiones

En cada nuevo encuentro te ves distinta. Es como si tu guardaropas fuera interminable. Hasta tus zapatos cambian cada vez. Un día, un lindo vestido combinado con calzas cortas; otro, el estilo juvenil típico: jeans, solera y un par de chalas. No recuerdo haberte visto dos veces con la misma prenda (me pregunto si...). De lo que si estoy seguro, es que eres la misma siempre: simpática, coqueta, astuta y condenadamente guapa.

jueves, 6 de noviembre de 2008

¿Pecado?


Dae-Jung (el maestro) caminaba en silencio al lado de Jin Kyong (el dicipulo).
Llevaban un par de años en el templo budista desarrollando su relación maestro-discipulo y ahora se dirigian de vuelta al hogar, luego de un viaje al pueblo en busca de provisiones. El viaje entre el pueblo y el templo incluía, además de varios paisajes hermosos, el vadeo de un río. Las circunstancias del clima hacían díficil la travesía del río, el cual había que cruzar ayudado sólo por una cuerda, atada a árboles a ambos bordes del río. Al llegar ahí, los monjes encontraron a una mujer intentando cruzar el río. Iba cargada por la espalda, y su estatura le imponía una dificultad mayor al atrevasar el torrente. Dae-Jung se le acercó y le ofreció ayuda. La mujer aceptó y el maestro la cargo en su espalda. Con ayuda de la cuerda, los tres llegaron al otro borde del río. La mujer tomó un camino distinto al de los monjes, y al despedirse se mostro muy agradecida por la ayuda. Entoces, luego de un rato de caminar, Jin Kyong dijo:
-Maestro, usted TOCÓ a esa mujer para cruzarla por el río (podríamos pensar en "tocar" como en un pecado o algo similar)
-Es cierto Jin Kyong, yo debí tocar a la mujer para poder ayudarla, no lo niego. Sin embargo tú, que no la tocaste, aún la tienes en tu mente.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Ilusiones


Vivimos ante innumerables engaños. Partiendo por tus ojos; ellos te engañan. Claro, se que dirás que eres perfectamente capaz de deslumbrarte con los rayos de luz del alba, o con los hermosos colores del arrebol, justo antes de que muera el sol. Se que dirás también que puedes oír muy bien, que disfrutas de la música (desde Mozart, pasando por Louis, AC/DC, llegando al pegajoso ritmo del reggaeton) o del cantar del ruiseñor. Pero debo decirte que tus sentidos te engañan. Detente un momento antes de comenzar a alegarme. Se que es un poco extraño y difícil, pero escúchame antes de juzgar. ¿Sabías que aproximadamente el 80% de lo que "ves" es generado directamente por tu cerebro, sin intromisión de información externa? Lo que quiero decir, es que tus ojos están perfectamente bien, el "problema" está en nuestras estructuras, en nuestro cerebro, en como funciona. En otras palabras, tu cuerpo te engaña. Te hace creer cosas que no necesariamente son. La gran pregunta es ¿y cómo le hago para no caer en este engaño? Mmmmm, difícil de responder. No conozco una respuesta con 100% de certeza sobre su correctitud, pero creo que tengo algo interesante. Los engaños que sufrimos tienen que ver con nuestro deseo de que sean ciertos. O_O si lo sé. No es fácil de creérselo. Pero piensa en lo siguiente: lo que percibimos del mundo exterior, incluyendo a otras personas, está directa y fuertemente relacionado con lo que somos internamente. Así, es posible autoanalizarse, y entender porque nos gusta lo que nos gusta, y porque no lo que no. Y podemos ir aun más lejos... pero ese tema lo dejaremos para otro momento... para cuando estemos preparados.

Saludos