jueves, 23 de octubre de 2008

Pensar en ti?

No se por qué sigo pensando en ti
había pasado tiempo
y pense que ya todo estaba saldado
pero no
vuelves, y con sólo un gesto
un movimiento de tu mano, una simple mirada
y todo vuelve a empezar
No es que sea algo de vida o muerte
pero está ahi, hostigándome,
como una espinA que no duele, pero molesta.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Soledad


¿Qué tan solos estamos en este mundo, en esta vida?
Creo que absolutamente solos.
Las cosas que hacemos - el trabajo, la escuela, la universidad - nos mantienen alejados de esta soledad. Pero basta que discutamos con alguien querido, o que lo perdamos, o tener una pena muy grande para comenzar a preguntarnos: "¿quién puede estar conmigo si no puede “estar” en lo que estoy pasando?"
Los más sensibles ha esto hacen más cosas: 12 ramos en vez de 5, muchísima vida social, cantidades de amigos-conocidos. Otros se embriagan - en diversos sentidos, con diversas "sustancias" - con demasiada frecuencia con tal de alejarse de la soledad. Pero todo esto es sólo un engaño. Basta con dejar un par de estas actividades para comenzar a notar que está ahí. Basta con un par de hora de “hacer nada” y aflora la sensación de pequeñez ante el universo.
Hay otros, por supuesto, que afrontan esta soledad como parte de la condición humana. Mal que mal, sufrimos lo nuestro por nosotros mismo, así como reímos, lloramos, disfrutamos y sangramos por un sin fin de cosas que nos afectan; y nadie puede hacerlo por nosotros. Sólo pueden pretender acompañarnos, pero al final, estamos solos.
Y solos es como caminamos esta vida, y la compañía, por muy placentera y sincera que nos parezca, es sólo un placebo.

domingo, 19 de octubre de 2008

Se7en

There are seven. Seven of us.
I know it 'cause our master told me.
I've meet four, four of us.
And we had already lost a member of our covenant.
So, there are still six of us.
I think we need to find the other two of us
That way we are more powerful.
And we know what to do, and we know how to do it
but what we don't know is when.
Our master never told us.
Thus we wait, till our time come
and our task is done

lunes, 13 de octubre de 2008

Reencuentro


"Casi 1500 días sin saber nada de tí, y aunque no te extrañé, el volver a verte fue... algo mágico. Es extraño encontrarnos así, tan de improviso. Pero te ví, y sé que no te recordaba tan guapa. De pie esperando el metro, toda vestida como de ejecutiva. El encuentro me hizo recordar mil cosas: las calles ocultas que conocimos mientras buscábamos un sitio para conversar a solas; la vez que el azar nos juntó en una micro antes del transantiago (como nos reíamos aquella vez); y cuando me miraste directo a los ojos y me dijiste "esto de ser sólo amigos no va más" y me golpeaste con un beso; aquella mañana que huímos de esta fría ciudad para caminar descalzos en la playa y que terminamos hablando casi una hora con el mesero del restaurant en el que almorzamos; los mil y un besos que nos dimos, y los cien que no nos dimos; todos esos árboles y bancas donde dejamos mensajes al resto del mundo; y como olvidar aquel día cuando nos emborrachamos y dormimos sentados espalda contra espalda.
Y al final recorde que la última vez que te ví, olvidé decirte lo más importante: "gracias por los excelentes momentos que compartiste conmigo".
Así, un saludo para tí que ya no estás ni estarás tan distante."

lunes, 6 de octubre de 2008

Cuenta Regresiva



12, 11, 10


La gente comenzaba a transpirar, asustada.
La cuenta, inexorable, caminaba hacia tras, buscando su meta.
Con el cambio de cada número nuestros estómagos se revolvían; no había mucho que hacer.

9, 8, 7

Los ojos, las caras, las expresiones, los pensamientos, vertiginosos tras el andar de la cuenta.
Ya todos nos mirábamos, esto parecía no acabar jamás. Un instante eterno.
Todos preguntándonos si saldríamos de esta.

6, 5, 4

El tiempo se nos agota y ya no se si siento miedo de esto y si los demás sienten como yo.
Nadie alza la voz. Es como si existiera una extraña solidaridad entre nosotros, un dejo de pena por el prójimo.
Tampoco hay mucha luz aquí y el aire parece atrapado... igual que nosotros y la cuenta siguen avanzando.

3, 2, 1

Un sonido extraño, un cambio en la aceleración... una detención abrupta.
Entra el aire fresco a medida que se abren las puertas.
Al fin podemos salir del ascensor.

domingo, 5 de octubre de 2008

Anecdota de un barómetro


Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen: 'Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro'.

El estudiante había respondido: 'lleve el barómetro a la azotea del edificio y átele una cuerda muy larga. Descuélguelo hasta la base del edificio, marque y mida. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio'.

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel. Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.

Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara. En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: coja el barómetro y láncelo al suelo desde la azotea del edificio, calcule el tiempo de caída con un cronómetro. Después aplique la formula altura = 0,5 A por T^2. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.

Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.

Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contesto, este es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes la altura.

Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro esta a la altura de la azotea la aceleracion es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio. En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de precisión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras.
Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo. En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.

El árbitro de la anécdota es Sir Ernest Rutherford, Premio Nobel de Química en 1908
El alumno, Niels Bohr, Premio Nobel de Física en 1922.