lunes, 4 de mayo de 2009

I can't

Aquel día, nadie podía hablarte. Tu furia era demasiado grande. Y como tampoco decías palabra alguna, no sabíamos que pasaba contigo. Pero yo te amaba, y tenía que ayudarte, esto era algo que no nos detendría, no de nuevo, habíamos trabajado demasiado duro como para echar todo por la borda. Así que saqué un papel, lo cuadre y te hice una flor, de esas que tanto te gustaban. Luego caminé cerca tuyo, intentado parecer casual, y te deje la flor a los pies. El efecto tardó unos segundos en alcanzarte. Tomaste la flor entre tus manos, la miraste por un instante (que me pareció infinito mientras esperaba que dijeras algo) y luego la destrozaste sin más. Recuerdo que fue como si rompieras mi corazón. Decidí tomar otro curso de acción. Me senté a tu lado, sin decir palabra alguna. Y entonces decidiste hablar: "¿Qué quieres?" Me tomé mi tiempo para responderte, mal que mal, habías roto la flor. "¿Crees que esto es el fin?" No respondiste. En cambio, bajase la cabeza y supe que debía abrazarte, que necesitabas imperiosamente un abrazo. Mientras llorabas sobre mi hombro, te dije por primera vez que te amaba y que quería ayudarte, pero para eso, tú tenías que querer ayudarte a ti misma.

Después de ese día muchas cosas cambiaron. Tu te alejaste de mi, en un intento de parecer más fuerte. Siempre quisiste hacerte la dura, la que no necesitaba ayuda. Y aunque yo te amaba, tuve que aceptar que no eras para mi. No podría convivir con alguien que no me hace parte de su vida.

1 comentario:

the Covenant of Gado dijo...

Notable sacrificio, guerrero.

Salud por los valientes.