viernes, 25 de junio de 2010

Arenga

Siento pena... hasta casi siento desazón. Ese es mi sentir cuando miro sus rostros y sólo veo derrota. Y no siento pena por el hecho de caer vencido ante el rival, no. Porque llegará el día en que nos derroten, nadie es tan bueno como para vencer siempre a su adversario, pero en mi corazón me gusta sentir que a pesar de eso, no bajé nunca los brazos, que jamás dejé de luchar. Porque prefiero ser vencido por mi enemigo, que caer vencido ante mi propia falta de valor, de ganas de seguir luchando, de cojones ¡Por el amor de Dios! Si este es el día en que nos derroten, que así sea, qué más da, pero no les demos espacio para decir que no dimos todo lo que teníamos, que desistimos antes de que todo acabara. Si hoy caemos ante el enemigo, que así sea, qué más da, pero por favor, antes de caer démosle con todo, golpeémoslos con el corazón.

No hay comentarios: