jueves, 18 de febrero de 2010

Concecuencias

De niño siempre pensaba que no quería crecer, no quería ser un adulto. Un Peter Pan cualquiera. Pero el tiempo siempre pasa, nunca en vano y nuestras experiencias suelen cambiarnos, hacernos madurar aun cuando no queramos.
Cuando ya era adolecente cambie de pensamiento y comencé a preguntarme ¿qué es ser adulto? Ahora que estoy más viejo siento que algo sé al respecto: creo que una de las cosas que diferencian a un niño de un adulto es la responsabilidad no tanto de los actos sino de las consecuencias. Ser adulto -parece- consta de hacerse cargo de las concecuencias de los propios actos.
¡Que dilema!
En general, no todos tenemos el mismo nivel de conciencia y no todos podemos predecir el futuro así que habrá ocaciones en las cuales prever las concecuencias de los actos propios será imposible, y entonces se verá la madurez del individuo, cuando decida o no afrontar concecuencias para las cuales no estaba preparado.

2 comentarios:

the Covenant of Gado dijo...

Que cierto. Y lo creas o no yo si estaba preparado para tus palabras, lo estás para las mías?

No puedo negar el escalofrío que baja por mi espina en este momento; me estoy dando cuenta que también algo se al respecto… y que en contra de lo que imaginé hace tan solo unos días, me agrada. Espero que ambos podamos convivir en uno mismo, tanto el pequeño y juguetón, como el grande, serio y decidido.

Salud, valiente!

Sandman dijo...

lo importante en este momento, es el recordar el ser ambas cosas... niño y adulto. La dualidad es parte de la naturaleza humana y el sólo reconocer ese hecho, nos hace ser concientes de nuestra personalidad.

Saludos, soñador