jueves, 31 de diciembre de 2009

La hora

Crecen las olas como si subiera la marea
como si esto fuera una tempestad
Avanzan y se recogen y vuelven a avanzar
oscureciendo la costa, dibujando límites
superados una y otra y otra vez

Sopla el viento entre los árboles
haciendo silbar las hojas, que caen de vez en vez
Sopla fuerte doblando la vegetación del lugar
llevando nuestras palabras más allá
ayudándonos a capear el calor veraniego

Y ha llegado la hora de llevar el barco a puerto
de anclar de una vez por todas
de descargar el tesoro y compartirlo
Ha llegado el momento de dejar de vagabundear
de enfundar la espada y encontrar la paz
La paz tan esperada
la paz que sólo se encuentra en compañía

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